Acaparó buen ritual de cubiteras hasta arriba de hielo que permitirían mantener la temperatura adecuada y recomendada, copas de vino blanco para ser servida hasta la mitad de la copa, no más. Voluntarios prestados a la suerte de ir leyendo las características de la cerveza : pareja de buena gastronomía, inédita como su nombre indica, creada por los maestros de Damm, junto a Ferrán Adriá , Juli Soler y sommeliers de El Bulli.
Apetecible extravagancia , opinábamos los allí presentes desde la ignorancia justo antes del momento de probar la esencia.
Muchos comentarios al ser servida por su característico aspecto turbio. Magnetismo quizá por la influencia de sus creadores.
Pocos comentarios al ser catada. Ahí van algunos, aséptica, sin sabor, sin fuerza, excesivamente carbonatada, pero eso sí fresquita muy fresquita.
Alguien equilibró la balanza tirando de etiqueta, reiterando, creo sin demasiada convicción ni apoyos del resto del grupo, que los sorbos pequeños y la escasa potencia de sabor es el maridaje perfecto para conjugar con una buena gastronomía. Quizá se refiera a la de El Bulli, de ser así seguiremos en nuestra ignorancia.
Hay una nota curiosa al final de la etiqueta de presentación en la que dice que “En buenas condiciones de conservación, Inedit evolucionará hacia nuevos registros gustativos y aromáticos”. Probablemente .
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