El pasado sábado, una vez más, intentamos buscar la solución a la eterna duda que tan difícil respuesta tiene para los de “acá” y más compleja aún para los de “allá”, supongo que por eso de la geolocalización.
Hablamos de enfrascarnos en afirmar si el vino argentino es mejor que el chileno, o a la inversa, no se me molesten.
Todo sucedió porque en nuestras manos cayó una botella del “Casillero del Diablo”, reserva del 2007 propiedad de las bodegas Concha y Toro.
Cuenta la leyenda que en el año 1883, don Melchor de Concha y Toro, fundador de la Viña, llevó a Chile excelentes cepas de Burdeos (Francia) y reservándose una partida de los mejores vinos, procedió a guardarla en un casillero, al fondo de la bodega, por entender que cumplía las condiciones óptimas de mantenimiento.
Día a día se percataba que las botellas desaparecían y con la creencia que el ladrón podía andar por los alrededores, difundió el rumor que en ese casillero habitaba el diablo.
Hablamos de enfrascarnos en afirmar si el vino argentino es mejor que el chileno, o a la inversa, no se me molesten.
Todo sucedió porque en nuestras manos cayó una botella del “Casillero del Diablo”, reserva del 2007 propiedad de las bodegas Concha y Toro.
Cuenta la leyenda que en el año 1883, don Melchor de Concha y Toro, fundador de la Viña, llevó a Chile excelentes cepas de Burdeos (Francia) y reservándose una partida de los mejores vinos, procedió a guardarla en un casillero, al fondo de la bodega, por entender que cumplía las condiciones óptimas de mantenimiento.
Día a día se percataba que las botellas desaparecían y con la creencia que el ladrón podía andar por los alrededores, difundió el rumor que en ese casillero habitaba el diablo.
De ahí el nombre del vino, “Casillero del Diablo”, y desde entonces es la marca chilena de vinos más famosa del mundo de la Viña de Concha y Toro, alcanzando en la actualidad ventas por encima de los tres millones de cajas. Desde el 1998, alzado con la categoría “Best Value” a nivel mundial.
Haciendo caso a las recomendaciones de las bodegas, este tesoro de 10 € la botella, protagonizó un excelente maridaje con los quesos maduros y carnes rojas de nuestra cena.
Guardado durante 8 meses en barrica de roble americano, tiene color rojo rubí intenso y profundo, con un espléndido aroma a cereza y a madera tostada. Persistente final.
Por ahora, a tenor del Casillero del Diablo, este caldo chileno deja a los vinos de la tierra en buen lugar en nuestro paladar.
¿Será sugestión por pensar que el guardián del casillero puede estar al acecho?
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