miércoles, 27 de octubre de 2010

Educación Primaria

El crío pidió permiso y tomó asiento.
A su parada, sintió molestar de nuevo.
Se despidió.
Caso raro.

2 comentarios:

  1. María, no me queda muy claro si eres tú quien escribió este conciso relato, casi beckettiano. El texto no lleva firma. Considero que destila un humor tan fino como vitriólico. Recibe mi enhorabuena, con un afectuoso saludo

    ResponderEliminar
  2. Me agrada tu comentario Pedro, un saludo. María Cabada

    ResponderEliminar